Podemos responder a la pregunta planteada en el título de forma inmediata y rotunda: ¡por supuesto! Guardar cómodamente las bicicletas en un piso pequeño no es imposible: sólo hacen falta soluciones inteligentes. Te proponemos cómo meter una bicicleta en una habitación para que no se desperdicie ni un centímetro de espacio.
¿Qué aprenderá de esta entrada del blog?
- ¿Por qué buscar espacio para tu bici en tu piso en lugar de guardarla en el sótano o en el balcón?
- ¿Cómo guardar una bicicleta en un piso compartido?
- ¿Qué portabicicletas merece la pena elegir?
De un vistazo
Una bicicleta en un bloque de pisos puede ser a veces un problema: guardarla en el sótano no es seguro, mientras que en un balcón está expuesta a condiciones meteorológicas perjudiciales. Sin embargo, con una estantería de pared funcional, guardar un monociclo incluso en un estudio pequeño puede resultar mucho más sencillo y cómodo. Todo lo que tienes que hacer es elegir tu mango en consecuencia.
¿Bicicleta en el sótano? Mejor no.
Bueno, dirás. Pero, en realidad, ¿por qué necesito guardar la bici en el piso cuando puedo guardarla en el sótano? Se trata ante todo de una cuestión de seguridad. A menos que vivas en una urbanización vigilada en la que las entradas a las celdas de los residentes sean tan seguras que un ladrón no tenga ninguna posibilidad de colarse, es mejor no arriesgarse. Según las estadísticas policiales, es en los sótanos donde más a menudo se pierden las bicicletas. No es de extrañar: cualquiera puede entrar en una casa adosada en el centro de la ciudad o en un bloque de pisos. Sacar las fantasías del sótano al amparo de la oscuridad no es difícil para un ladrón. Y más aún en el caso de fantasías como una bicicleta en la que, al fin y al cabo, sólo se puede montar ….
En vista de ello, ¿qué tal un balcón?
Si no es un sótano, ¿tal vez un balcón? Por desgracia, guardar una bicicleta en el balcón es tan mala idea como en el sótano, aunque por motivos diferentes. Los equipos que se dejan al aire libre están expuestos a condiciones meteorológicas adversas. El mayor destructor es, por supuesto, la humedad, que acelera la corrosión, pero las bajas y altas temperaturas o los duros rayos UV también son malos para el estado de sus componentes. Una cubierta protectora especial puede ser una solución útil, pero durante la temporada de otoño/invierno o las tormentas de verano, sigue siendo necesario comprobar periódicamente que no se acumule humedad debajo.
Una bicicleta en un piso compartido: ¡realmente se puede conciliar!
Resulta difícil imaginar que en 30 metros cuadrados se pueda seguir hacinando una bicicleta sin apenas mobiliario básico. Y, sin embargo, ¡puedes hacerlo! Y esto no significa en absoluto una reducción drástica del espacio. Todo lo que tienes que hacer es desarrollar… ¡un muro! Porque cuando el suelo escasea, tiene sentido utilizar otros espacios disponibles.
Un portabicicletas de pared funcional garantiza la comodidad de guardar las bicicletas en un estudio. “Funcional” es la palabra clave. El portabicicletas debe ser robusto, estable y cómodo de usar. Esta última característica es especialmente importante si utiliza el monociclo a diario, por ejemplo, para desplazarse al trabajo. Si resulta difícil e incómodo utilizar el portaequipajes, la bicicleta acabará tarde o temprano en el suelo, bloqueando el pasillo y dificultando los desplazamientos en un espacio reducido.
¿Qué portabicicletas elegir? 3 buenas sugerencias
El portabicicletas más elegido para los pisos pequeños es un portabicicletas horizontal, por ejemplo, el Crank. Se compone de un solo pedal y dos soportes para las ruedas. Aprovecha al máximo el espacio del piso, ya que puede colgarse encima de un sofá o de una cómoda baja. El modelo Crank está equipado adicionalmente con dos ganchos, que se convierten en espacio de almacenamiento adicional. En ellos puedes colgar la mochila, el casco u otros accesorios de ciclismo para no tener que buscarlos en otros recovecos cuando salgas a rodar.
Otra patente para colocar una bicicleta en una litera es un portabicicletas vertical de pared. Ocupa algo más de espacio, pero es más cómodo de usar que el horizontal. Para colgar una bicicleta en un soporte de este tipo, no es necesario llevarla: basta con colocar la bicicleta sobre la rueda trasera y apuntar con la rueda delantera hacia el brazo del soporte. Este tipo de almacenamiento funcionará especialmente bien para las bicicletas más pesadas. Por ejemplo, un portabicicletas giratorio Kranked Twist. JEl brazo ego puede girar 180 grados, acercando al máximo la bicicleta colgada a la pared. Esto crea aún más espacio, lo que es estupendo para un pasillo estrecho, por ejemplo.
Como ves, guardar la bici en un piso compartido no tiene por qué ser una tarea pesada: basta con soluciones inteligentes. Invierte en un portabicicletas decente y no vuelvas a tropezar con una bicicleta colocada en el suelo (ni a preocuparte de que tu preciado equipo sea presa de los ladrones que husmean en los sótanos). Puedes encontrar perchas y soportes funcionales en rtrbikes.com.