Los frenos chirriantes de una moto pueden volverte loco. El sonido es realmente desagradable y puede ser señal de problemas en el sistema de frenado. Así que, por su propia seguridad, merece la pena localizar la fuente del ruido y deshacerse de ella. ¿Te preguntas por qué chirrían los frenos de disco? En el artículo de hoy, describimos las causas más comunes de este fenómeno y cómo solucionar el problema: aquí tienes 5 formas de arreglar los frenos de disco que chirrían en tu moto.

¿Qué aprenderá de esta entrada del blog?

  • ¿Por qué chirrían los frenos de disco?
  • ¿Qué debes hacer si los frenos de tu moto nueva chirrían?
  • ¿Por qué es útil un portabicicletas o un colgador para las personas que circulan a menudo por el barro?

De un vistazo

La causa de los sonidos desagradables puede ser la suciedad o la grasa en los discos. La primera forma de conseguir que los frenos de disco de tu moto chirríen es limpiarlos a fondo. En un monociclo nuevo, es posible que haya que frotar las pastillas, por lo que el ruido pasará por sí solo al cabo de un tiempo. También es posible que los frenos de su moto que chirríen mejoren ajustándolos o sustituyéndolos por pastillas revestidas de resina.

1. ¿chirrían los frenos de disco de tu moto? Empieza por limpiar las pastillas y los discos

Una de las causas más comunes del chirrido de los frenos de disco de una bicicleta es la suciedad. Por eso, si conduce con frecuencia por terrenos accidentados, empiece a buscar el origen de los sonidos desagradables con la limpieza. Para ello, desmonte las almohadillas y límpielas con un paño limpio y seco. Trate el disco de manera similar – en su caso, sin embargo, es mejor utilizar un desengrasante especial o alcohol isopropílico. Por último, elimine la suciedad de las pinzas y vuelva a montar todas las piezas. Realice el trabajo con guantes desechables para no dejar una película aceitosa en los discos. Si circula a menudo por barro y arena, piense en invertir en un portabicicletas especial para limpieza y mantenimiento. Estos accesorios le facilitarán mucho el trabajo que debe realizar regularmente por su propia seguridad.

2. ajuste de los frenos

Lo más cómodo es utilizar un portabicicletas o una percha. Una vez que el equipo esté parado, gire la rueda y escuche el sonido del disco rozando contra las pastillas. A continuación, vuelva a girar la rueda y compruebe que ambas pastillas están paralelas al disco, a la misma distancia. Si alguna de las pruebas anteriores no ha ido bien, proceda a ajustar los frenos. Afloje los tornillos que sujetan la pinza, colóquela en su posición y, a continuación, apretando bien la maneta de freno, vuelva a apretar la pinza. Comprueba que los frenos de tu moto siguen chirriando y, si es necesario, repite los pasos anteriores hasta que lo hagan.

En el artículo Cómo ajustar los frenos de tu bicicleta te explicamos con más detalle cómo hacerlo.

3. la llegada de los bloques

¿Te preocupa que los frenos de tu moto chirríen, aunque acabes de cambiar las pastillas o tu moto acabe de salir del taller? No hay de qué preocuparse, lo más probable es que no sea un fallo. Es sólo que las pastillas nuevas, especialmente con forros metálicos, pueden necesitar rodaje. Para ello, basta con conducir la moto y frenar sin demasiado frenesí, hasta que desaparezca el desagradable sonido y sientas que los frenos funcionan a pleno rendimiento. Sin embargo, si los frenos de la moto siguen chirriando con la misma intensidad después de varias decenas de kilómetros, habrá que buscar la causa del ruido en otra parte.

4. sustitución de las pastillas

Otra forma de que los frenos de tu moto chirríen es cambiar las pastillas de freno. El ruido puede deberse a su desgaste excesivo, pero no sólo. Los revestimientos de las almohadillas se fabrican de varios materiales con diferentes susceptibilidades a los chirridos. Los sonidos desagradables suelen ser producidos por modelos metálicos o semimetálicos, por lo que una solución al problema de los frenos chirriantes en tu moto puede ser instalar pastillas revestidas de resina. Son los discos más baratos y de desgaste más lento, pero como cualquier solución no están exentos de inconvenientes. Hay que tener en cuenta que las pastillas revestidas de resina se desgastan más rápidamente y ofrecen una potencia de frenado ligeramente inferior.

5. respetar las recomendaciones del fabricante

Más vale prevenir que curar, así que un poco de prevención al final. Algunos discos, sobre todo los de gama baja, sólo son compatibles con un tipo de revestimiento: la resina. Llevan la indicación “sólo almohadilla de resina”. En su caso, el uso de un tipo diferente de pastilla puede provocar que los discos se desgasten más rápido e incluso se deformen, además de… ¡ruidos desagradables! Si tiene previsto sustituir las almohadillas, asegúrese de comprobar qué tipo es compatible con su equipo antes de comprarlas.

 

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